Una de las políticas que
me gustaría analizar con vosotros en mi blog son los permisos de maternidad y
paternidad. ¿Son suficientes? ¿Está bien que sean los mismos para el hombre y
para la mujer? ¿Cuánto tiempo es el conveniente para esa simultaneidad?
Desde el 1/Enero/2021 los
permisos de maternidad y paternidad son iguales e intransferibles con un total
de 16semanas.
Esto es todo un avance hacia
la igualdad de género y los cuidados, teniendo en cuenta que en el 2007 los
permisos de paternidad estaban en 15d, los cuales fueron ampliándose a 28d,
32d, 5semanas, 8semanas, hasta la actualidad. Es decir, podemos decir que hemos
pasado en 15 años aproximadamente de 15d a 16 semanas.
La plena igualdad de
mujeres y hombres en los diferentes ámbitos de la economía, la política y la
sociedad debe tener como contrapartida la plena igualdad de mujeres y hombres
en el hogar y en el cuidado de los hijos. La progresiva incorporación de los
varones al trabajo doméstico no remunerado y al cuidado de los hijos pequeños, hace
que en la medida en que descarga a las madres de ser las únicas responsables de
las tareas de cuidados familiares, permite que éstas puedan desarrollar con
menos presión y con menos barreras sus carreras profesionales. Pero además es
muy positivo para el bienestar y el desarrollo de los niños/as, para la
estabilidad de las familias y, finalmente, para el propio bienestar de los
varones.
Una de las principales estrategias
de las políticas públicas de igualdad encaminadas a reforzar este proceso
consiste en reformar el sistema de permisos parentales (de maternidad,
paternidad…), de manera que, por un lado, se alcance la igualdad legal entre
padres y madres en el acceso y en la duración de los permisos.
De acuerdo con el Real
Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la
igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la
ocupación, se da un paso importante en la consecución de la igualdad real y
efectiva entre hombres y mujeres, en la promoción de la conciliación de la vida
personal y familiar, y en el principio de corresponsabilidad entre ambos
progenitores, elementos ambos esenciales para el cumplimiento del principio de
igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres en todos los
ámbitos.
La equiparación de los
permisos de paternidad y maternidad puede estar cambiando la dinámica de las
familias jóvenes y llevando a una igualdad real a la hora de la contratación,
pero son insuficientes para para tener cuidado de un recién nacido y para
garantizar los seis meses de lactancia exclusiva recomendados por la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
Algunos expertos en la materia como la politóloga Sílvia
Claveria, investigadora en la Universidad Carlos III de Madrid y
especializada en desigualdad de género, señala que la evidencia indica que
“ambos progenitores gocen de este permiso desde el inicio —y de forma
individual— ayuda a crear rutinas desde el principio y que no se conviertan
solo en ‘ayudantes’”.
De acuerdo con la Agenda
2030, el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y
niñas se encuentra entre los principales objetivos. A su vez, se promueve el
crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el pleno empleo y productivo
y el trabajo decente para todos. Estos objetivos se materializan entre otros en:
- Reconocer y valorar los
cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos,
infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la
responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país.
Según el INE, la tasa de empleo en España en
2022 en el caso de las mujeres, a medida que se incrementa el número de hijos
menores de 12 años, disminuye la tasa de empleo. Para las mujeres de 25 a 49
años sin hijos de esa edad la tasa en 2022 fue de 76,9% y de 70,4% en el caso
de tener hijos menores de 12 años (72,4% las que tienen un hijo, 70,1% en el
caso de dos hijos y de 52,0% el de las mujeres con tres o más hijos).
El
3,5 % de las personas con al menos un hijo (propio o de la pareja) que dejaron
de trabajar en algún momento desde que terminaron los estudios, lo hizo por
tomar una excedencia por cuidado de hijos (3,6% de mujeres frente a
2,9% de hombres).
Por
sexo, el 86,9% de los hombres lo interrumpieron en un período de seis meses como
máximo. En el caso de las mujeres los periodos de interrupción estuvieron más
repartidos: un 49,9% lo interrumpieron seis meses, un 20,9% entre seis meses y
un año, un 9,4% entre un año y dos y un 17,7% más de dos años (frente al 2,8%
de los hombres).
Para
finalizar resalto algunos de los puntos fuertes y débiles de esta política de
equiparar los permisos de paternidad y maternidad.
En
el mercado laboral, permite eliminar las desigualdades de género. Las mujeres
en edad de tener hijos ya no serán penalizan de cara a ser seleccionadas en un
proceso selectivo, a ser partícipes de un proyecto o a ser su trabajo anual calificado
de bajo rendimiento (al estar varios meses ausente), ya que afecta del mismo
modo a los varones.
En
el ámbito doméstico fomenta que el padre asuma su total responsabilidad del
cuidado del bebé y no se convierta solo en un asistente de la madre. Esto permite
a la mujer desarrollarse profesionalmente.
Adicionalmente,
considero que esta política habría que revisarla ya que 16 semanas se queda
corto como permiso de maternidad/paternidad. Este hecho se ve reflejado en los
datos de conciliación para personas con hijos menores de 3 años, las cuales
tienen que cogerse excedencias para el cuidado de los hijos.
Y
aquí añado mi reflexión personal, si con una población envejecida como la que
hay en España, queremos fomentar la natalidad hay que ofrecer a las personas
unas políticas públicas que se adapten a la realidad tanto en materia de
permisos de maternidad y paternidad como en la conciliación. En la Administración Publica de España estos aspectos
están bastante avanzados, pero no es así en el sector privado.
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